jueves, 30 de julio de 2020

Coincidencia

Juan Carlos Alarcón

Recuerdo, fue un día cuando estaba dando clase, descubrí una estudiante al fondo de la sala, casi escondida. Hasta ese momento ella no había hecho ninguna pregunta, se mantenía con una discreción enorme. Yo la descubrí por casualidad y le pregunté ¿por qué teniendo unos ojos tan hermosos me los quería ocultar escondiéndose detrás de los otros estudiantes? Ella me miró sorprendida y se veía que su timidez era enorme como la torre Eiffel y no sabía que decir. Entonces, le comenté: cuéntame un poco el tema de la clase como si fuera una conversación al oído, una conversación entre amigos. Luego agregué: yo tengo una sobrinita que tiene tu misma sonrisa y ella, que es no es tan tímida como vos, sonríe siempre.

Lo único que atinó a responder la estudiante fue:

- ¿Y cómo se llama su sobrina? Me mató. Eso no lo esperaba. Entonces sonreí, le pasé mi mano cariñosamente por su mejilla, y dije:

- Lisbeth.

Ella terminó por asesinarme del todo cuando respondió:

- Yo también me llamo Lisbeth!

Siempre pensé que la vida tiene imprevistos imponderables. Entonces le comenté que cuando pase su examen final, ella ya tiene tres puntos a su favor y todo el mundo se cagó se risa.

 


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