martes, 11 de mayo de 2021

Lectores de "ALLÁ"

 



Juan Pablo de Santa Rosa, La Pampa:


Hola amigo… Acabo de leer y disfrutar tu libro inmensamente. La familia Leiv Motiv del libro es hermosa… Me enamoré de ellos en tan pocas páginas.. Y muy rápido. 


Si bien esperaba que apareciera algo duro, confieso que el final me sorprendió. Llegó así de golpe, una sorpresa para la familia y para mí también: pero así fue la dictadura y sus coletazos tardíos. 


Mi familia sufrió todos los golpes, desde el 55 en adelante. Si bien yo era chico y mi hermana también, todos sufríamos las interrupciones de la democracia. Por distintos motivos lo echaban a papá de sus cargos técnicos y la vida se hacía más dura o triste, hasta que en la última también la echaron a mamá y allí ya éramos adultos todos y la vivimos con miedo y susto.


Volviendo a “Allá” Alguna vez hice un listado de recuerdos sobre la familia de mi primer compañera, la madre de mis tres hijos y te los quiero compartir. Me encantó el libro, felicitaciones. Muchas gracias, saludo y suerte.



Alicia Elena Agnes de Paraná, Entre Ríos. 


No tengo que hablarte de mi emoción por haber leído un libro en un día. Eso no me había pasado. Es aparte. Lo que sentí leyendo este libro, es que a medida que transcurrían los párrafos, en donde se describe detalladamente la familia, cómo se compone, sus costumbres, sus clásicos dichos, lo cotidiano y a la vez especial para el niño que relata; me produce una curiosidad, una necesidad, de saber el desenlace al final de cada capítulo. Y como no se produce, fui urgentemente a leer el siguiente. Y a la vez de disfrutar de la minuciosa descripción fui sospechando que había una historia contada, solapada y escondida del entendimiento inocente del niño. Ambas historias transcurren al unísono. Creo que manejaste inteligentemente mi atención. Y he disfrutado desde el principio al final. Te lo agradezco.




 Silvia Mouzo de Trelew, Chubut:


“Allá" es una colección de momentos entrañables que muestra la vida de una familia a través de la mirada inocente y traviesa de un niño, y que despierta recuerdos propios, porque muchas de esas situaciones parecen ser retazos de nuestra propia vida. Plenamente disfrutable, "Allá" nos lleva a ese territorio de infancia siempre añorado, pero que no puede desligarse de la realidad de nuestra historia.



Miriam Salazar, Buenos Aires:



Me encanto el libro, más que leerlo lo mire, porque es una descripción que pufff.....te permite ver las imágenes de los episodios cotidianos de tu vida.....nadie me saca de la cabeza que el niño que relata sos vos en la piel y los ojos de  tu nieto " el Terrorista".

Que importante es después de haberlo leído no saber diferenciar que hay de bibliográfico que de fantasía.... de todas maneras....esa es la forma de leerlo, haces que el lector tome la decisión de tomar partido en que es todo una fantasía o es todo una realidad....tal como la vida...

Fue suave...dulce, una novela que describe las costumbres de los argentinos en París...hasta en sus más mínimas cosas...

El Allá es un dolor íntimo, demostrado en todos tus personajes… se que para vos… nuestra argentina es y será siempre tu casa… por más que vivas… allá… en París

Va sin corrección ortográfica... hacía un montón que no escribía tanto!!!




Claudia Rosales, Buenos Aires:


Gracias por este libro. Más allá, la vida, la familia, la historia de un país. Me metí en la familia, estuve con ellos , conviví. Pusieron un plato más en la mesa para mí. Y la historia de nuestro país que se va acercando. Y vas necesitando saber más. Esa oposición (o no) entre lo cotidiano y lo más trágico que hemos vivido. Y mucha intriga y el deseo de algo, que sabés que puede terminar de una manera, finalice de otra forma. Con ese final que te deja estática. Y la libreta que te permite recuperar la historia más ALLÁ de la muerte.

Bueno, en fin...

Me encantó, me emocionó, me intrigó, me hizo recordar...



Carolina Ferreyra, Santa Fe:


El haber leído tu novela fue un placer, el haberme sentido parte de la historia me emociona… y esto último lo digo porque gracias a la calidad con la que describís cada situación, cada personaje, me hiciste sentir que estaba viviendo esta historia allí junto a ellos… pude sentir los aroma, así como también,  las emociones que atravesaban a  los personajes… Podría agregar, con una mirada cargada de subjetividades, que hasta le puse un rostro a cada personaje…

En cuanto al contexto histórico que se enmarca esta novela, puedo decir que le aporta una realidad que aunque no me tocó vivir, siempre estuvo latente a mí alrededor a través de relatos muy cercanos, además, como argentina la siento en las cicatrices y heridas que aún duelen…

Volviendo a la novela en sí, puedo decir que disfruté cada capítulo y que ese tajante final me dejó estupefacta.

Simplemente me encantó…




Carmen Passano, EEUU:


Allá... definición de tantas cosas, patria, familia, amigos, lo que dice tu novela muchísimas cosas en una palabra.

Los diálogos familiares, tan nuestros, las reuniones del domingo en casa de la abuela, los asados, las empanadas, los postres de las tías, todo en un lugar común de recuperar costumbres que quedaron lejos y lo queremos retener como se pueda, los hijos que algo conocen, los nietos, entre dos culturas, que solo saben de la familia de Allá - por los relatos del abuelo... Muy común en la familia que se formó en el exilio, si lo sabré yo!!! Y siempre la angustia que no termina, ni aún con la costumbre del otro país, la nostalgia metida en la piel, hasta el final. El deseo siempre latente de volver, como en mi cuento Volver, y el final imaginado o cierto, verídico para muchos de un trágico final. una novela estupenda, para todos los argentinos, para que no se olvide, el NUNCA MÁS, y para nosotros los que sufrimos el exilio en carne propia la emoción de reconocernos Todo escrito y expresado con tu sentido de buen humor, herencia cordobesa jajaj , que hace que la lectura sea amena y acapare hasta el final. Gracias por compartirla y que sigan los buenos escritores abrazo 




Stella Maris Gamba, La Pampa:



Pocas novelas refieren sobre la dictadura militar de Argentina como lo hace Juan Carlos Alarcón. Sólo unas llamadas telefónicas, un accidente y los comentarios a “soto voce” de la familia, nos trasladan a un tiempo pasado pero no olvidado sobre la historia dolorosa del exilio. De esta manera, la novela es, si tomamos palabras de Borges, “una extensión de la memoria y de la imaginación, y esto es muy importante porque qué sería de la identidad personal frente al hecho de que cada yo fuese su yo sin la memoria personal” .

Los miembros de una familia, como protagonistas, le bastan a Juan Carlos  para contar esta historia y, con un gran manejo del tiempo narrativo, inserta el contexto Francia-Argentina, Argentina-Francia, para definir la relación existente entre coyunturas del medio actual y del proceso militar anterior; y, para que la ingenuidad y la angustia jueguen como contrastes, convierte a un niño en cronista de los hechos que suceden en Francia para crear una relación directa entre el lector y el narrador, como si éste estuviese confesándose con el primero.

Veintitrés capítulos y un Epílogo conforman la novela. Cada capítulo tiene un epígrafe, el que resume metafóricamente el contenido. Pero estas frases de escritores famosos no hacen más que ampliar el pensamiento que el escritor tiene sobre el tema tratado. 

Es elogiable que haya podido construir mediante un lenguaje sin rebuscamientos idiomáticos, imágenes visuales tan nítidas para el lector. Los diálogos del abuelo con la nieta, en el patio, es de una plasticidad tan impactante que la dimensión referencial se combina con la dimensión del lenguaje visual como sistema modelizador: el tratamiento del espacio, contenido y representado, sobre todo en lo que a sus valores simbólicos se refiere. Mientras los otros personajes que conforman la familia minimizan estas conversaciones diarias, en el diálogo del abuelo y la joven nieta subyace el traspaso de la memoria de una generación a otra para que ésta última mantenga su memoria activa, para que el “nunca más” se conforme en un legado no negociable. El elemento que juega como elemento mágico es el mate, esa infusión que los argentinos comparten porque es parte de su identidad .

El tema de la novela es el fatalismo, es decir, la imposibilidad de escapar de su propio destino que se cumple. Porque el “Allá” aún guarda la intolerancia y el odio.

Una novela para leer entre líneas, porque sus silencios aún dicen más que las palabras.


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