Hay misterios que quedaran misterios toda la vida. La noche estaba fría, pocas ganas de cocinar, poca mercadería en la heladera. Bueno, un pancho con dos salchichas, mayonesa y un resto de chips triturado. Cuando voy a la Argentina, por todos los lugares que paso trato de comer un pancho gigante para ver las diferencia regionales.
Aquí en Francia no es
el mismo pan, el hot-dog no es el pancho; pero, bueno “es lo que hay” diría mi
sobrina Caro cuando me hacia comer tres veces por semana polenta con queso.
Miré el pancho para
ver por donde lo atacaba. Asociación de idea?... Recuerdos que a veces brotan
como vertientes?... Lo cierto fue que pensé en un día que llegué a la
Argentina. Por ese entonces Alfonsin ya era Presidente y nosotros, los
prohibidos, ya podíamos visitar la familia y los amigos. El camino era simple,
de Ezeiza a Retiro y de Retiro en colectivo hasta Paraná. Así comenzaba mi
peregrinaje, después por todo el país.
Recuerdo que estaba
en Retiro y debía esperar un par de horas mi colectivo, y me senté en los
andenes, desde donde salen los vehículos para todo el país. Una mujer policía
se paseaba de una punta a la otra controlando las incivilidades que pudieran
ocasionarse. A pesar que vi el piso lleno de colillas de cigarrillos, me
acerqué a la mujer policía y le pregunté si allí se podía fumar, quien me miro
de los pies a la cabeza y me respondió: No, poder no se puede, pero esta
consentido. Yo fumé mi cigarrillo tranquilamente cuando veo que adentro había
un quiosco que vendía panchos gigantes. Ni dudarlo, entré me compré uno con una
gaseosa y volví afuera donde había dejado mi valija.
Yo estaba saboreando
mi pacho cuando la mujer policía se me acercó y me dijo: “Señor Alarcón, no
creo que este sea un buen lugar para esperar su transporte; seria mejor que
buscara otra forma de desplazarse” Y siguió caminando.
Nunca supe por qué la
mujer policía me pidió salir de Retiro. Podría imaginar que ella vio las
etiquetas pegada a mi valija y se dio cuanta que yo venia del extranjero;
podría... Pero cómo es que sabia mi apellido? Porque fue por mi apellido que
ella se dirigió a mi. Es un misterio que jamas pude descifrar.
No hay comentarios:
Publicar un comentario