“ALLÁ”
Pocas novelas refieren sobre la dictadura militar de Argentina como lo hace
Juan Carlos Alarcón. Sólo unas llamadas telefónicas, un accidente y los
comentarios a “sotto voce” de la familia, nos trasladan a un tiempo pasado pero
no olvidado sobre la historia dolorosa del exilio. De esta manera, la novela
es, si tomamos palabras de Borges, “una extensión de la memoria y de la
imaginación, y esto es muy importante porque qué sería de la identidad personal
frente al hecho de que cada yo fuese su yo sin la memoria personal”.
Los miembros de una familia, como protagonistas, le bastan a Juan Carlos
para contar esta historia y, con un gran manejo del tiempo narrativo,
inserta el contexto Francia-Argentina, Argentina-Francia, para definir la
relación existente entre coyunturas del medio actual y del proceso militar
anterior; y, para que la ingenuidad y la angustia jueguen como contrastes,
convierte a un niño en cronista de los hechos que suceden en Francia para crear
una relación directa entre el lector y el narrador, como si éste estuviese
confesándose con el primero.
Veintitrés capítulos y un Epílogo conforman la novela. Cada capítulo tiene un
epígrafe, el que resume metafóricamente el contenido. Pero estas frases de
escritores famosos no hacen más que ampliar el pensamiento que el escritor
tiene sobre el tema tratado.
Es elogiable que haya podido construir mediante un lenguaje sin rebuscamientos
idiomáticos, imágenes visuales tan nítidas para el lector. Los diálogos del
abuelo con la nieta, en el patio, es de una plasticidad tan impactante que la
dimensión referencial se combina con la dimensión del lenguaje visual como
sistema modelizador: el tratamiento del espacio, contenido y representado,
sobre todo en lo que a sus valores s
imbólicos se refiere. Mientras los otros
personajes que conforman la familia minimizan estas conversaciones diarias, en
el diálogo del abuelo y la joven nieta subyace el traspaso de la memoria de una
generación a otra para que ésta última mantenga su memoria activa, para que el
“nunca más” se conforme en un legado no negociable. El elemento que juega como
elemento mágico es el mate, esa infusión que los argentinos comparten porque es
parte de su identidad.
El tema de la novela es el fatalismo, es decir, la imposibilidad de escapar de
su propio destino que se cumple. Porque el “Allá” aún guarda la intolerancia y
el odio.
Una novela para leer entre líneas, porque sus silencios aún dicen más que las
palabras.
(*) Profesora de lengua y literatura
fue Directora de Cultura de la Provincia de La Pampa
Escritora