Juan Carlos Alarcon
La carrera:
Ayer tenía turno con mi médica en el hospital. Dos
ambulancia llegamos casi al mismo tiempo y dejaron las dos camillas una al lado
de la otra bloqueando las puertas corredizas, mientras ellos cerraban sus
vehículos. Cada una va con dos personas para-médicos. Luego, los cuatro se
miraron extrañamente; entonces uno me dijo a mi: “Agárrese fuerte de los
costados”.
Los hospitales tienen un protocolo donde todos los
pacientes deben pasar por ventanillas administrativas antes de ir al
consultorio externo para que los atienda el médico. En general hay filas
impresionantes de espera, pero solo una ventanilla es prioritaria para las
ambulancias. Allí se veía que no había nadie y las dos camillas circulamos corriendo
para llegar primero. Nosotros ya le habíamos sacado un poco de ventaja cuando
vino corriendo un tipo detrás y nos paró de golpe:
-Aquí no entra nadie sin lavarse las manos, dijo y nos
tiró varios chorros de alcohol gel sobre las manos para que nos higienizaremos
bien. Cuando continuamos ya el otro grupo nos había ganado.
-Jodeme!..., diría mi sobrinita Lisbeth.
Por primera vez yo hacía una carrera en vehículo
co-guiado por dos chóferes y la perdimos por cuestión de la burocracia
institucional.
Justo lo que prefiero:
Me digo que esto, del de-confinamiento paulatino, me trae
líos familiares y uno debe saber tirar conclusiones. Resulta que tengo un
nietito que es un desgraciado: me ve comiendo helado y me dice “justo lo que yo
prefiero!...” Me ve con un chocolate,
“justo lo que yo prefiero!...” y siempre me está cagando con todo.
Mi hija me habló por teléfono para decirme que pasaba por
casa con su hijo, el atorrante. Entonces pensé que esta vez no me embromaría
así es que, cuando entraron yo manotee el escobillón y cuando mi nieto iba
hablar, lo corté en seco: “Sí, ya se, es justo lo que vos prefieres!!!” y con
la cabeza le señalé el comedor. El desgraciado me miró fijo y respondió: “No,
no!... Eso es lo que prefiere mamá!” En resumen, mi hija se puso a limpiar mi
casa y el atorrante de mi nietito fue a la cocina, se bajó el barbijo a su
cuello y volvió con un frasco de dulce de leche que yo venía de comprar, luego,
respetando la distancia social, se sentó en el sofá con los pies cruzado a
comerlo con una cuchara mientras miraba TV.
Ahora mi hija casi no me habla y mi nieto me dejó casi
sin dulce de leche. Conclusión, tengo que cambiar de familia para evitar los
problemas y poder vivir tranquilo.
Es fácil no querer más
En estos periodos de encierro es fácil dejar de querer a
una mujer. Aquí
estamos en plena primavera, hay un sol hermoso y la temperatura es bastante
agradable. Entonces con un poco de esfuerzo saqué una silla al balcón de mi
casa y me senté con la cabeza hacia atrás disfrutando del momento. Fue cuando
entró la enfermera que viene todos los días a visitarme. Yo estoy enamorado de
ella a pesar que nunca le vi la cara completamente ni la piel de sus manos.
Ella me vio y gritó: “Qué diablo hace allí?” y me agarró de una oreja y me llevó
de nuevo a la cama. Por supuesto, allí dejé de quererla!
Caricias:
-“Che loco, vos sos de población en riesgo, tienes
demasiado años y estas bastante achacado; con esto del covid-19 ya no podes
salir más a la calle ni para comprar tus cigarrillos”
-Y cómo hago para visitar a mi adorable médica? Además es
joven y hermosa.
-Pero no podes tocarla, y mi amigo se mató de risa.
-Juass, no importa, es ella que me toca a mí
La solidaridad:
Hace unos días me sucedió algo que me llevó a
reflexionar, hasta dónde puede llegar la solidaridad en este tiempo
Me levanté temprano, me lavé bien las manos, la cara y me
puse un barbijo. En el momento de salir
a la calle me crucé con un vecino que dijo;”Qué hace afuera? Si necesita algo
dígamelo que yo voy por Ud.”
Yo sonreí y le
respondí; Dale!!! Entonces le di la ordenanza médica, ya que todas las semanas
debo ir al laboratorio medicinal a que me saquen sangre. Mi vecino me miró con
cara de pena y me devolvió la receta médica:
-”Bueno, si se cruza con algún virus dele saludo de mi
parte, y entró de nuevo en su casa.”